La casa fue construida sobre terrenos cedidos el 20 de noviembre de 1517 por el Adelantado D. Alonso Fernández de Lugo a Doña Catalina Núñez, descendiente de los Núñez que fundaron aquél caserío que es hoy la Villa de Arafo.
Los Núñez, por su relevancia en el caserío, agasajaban y alojaban a las personas principales, Sacerdotes y ocasionalmente al Obispo, que en visitas pastorales recorría las comarcas de la isla. De ahí que se construyera esta casa, de la que hay noticias de que fuera frecuentada entre otros, por el Obispo Juan Manuel Dávila, en el año 1739, así como por el Prelado Davira, quién creó la parroquia de Arafo en el año 1795, designando como párroco a Don Antonio José Pedro Rodríguez de Torres, nacido en Güímar el 4 de febrero de 1769 y fallecido en Arafo el 29 de diciembre de 1855.
Don Antonio, (recordado hoy como “El Cura Viejo”) antes de ser designado como primer Párroco de Arafo, había venido atendiendo espiritualmente al pueblo como Capellán del mismo.
La casa pasó posteriormente a ser propiedad del matrimonio formado por Don Germán Fariña y Doña Carmen Batista.
En el primer cuarto del pasado siglo, adquirió la casa Don Manuel Herrera Hernández, nacido en La Laguna, fundador y propietario de la fábrica de tabacos “La Tinerfeña”. El Sr Herrera Hernández, se casó con la dama arafera Doña Herminia Batista Pérez, la que murió en plena juventud, sin dejar descendencia. Ella tenía una sola hermana, Doña Adela, madre de Don Andrés Orozco Batista.
La casa pasó a ser propiedad de Don Andrés Orozco Batista, por compra que éste le hizo a su tío Don Manuel Herrera, el 8 de febrero de 1941; Pasando así al fallecimiento de Don Andrés, a su hijo Don Miguel Orozco Maffotte por herencia y de éste a su hijo Manuel Orozco Barajas (actual propietario de la casa y autor de este blog).
